El arquitecto italiano Mario Palanti levantó dos edificios muy similares de ambos lados del Río de la Plata. Su sueño era unir las ciudades de Buenos Aires y Montevideo con un puente de luz, instalando faros en las cúpulas los Palacios Salvo y Barolo. Y aunque tal proeza resulta imposible por la distancia que separa a ambas urbes, los lazos que las unen están a la vista.
Plaza Independencia de Montevideo. ¿Tengo un déjà vu? ¿Dónde más he visto ese edificio tan peculiar? Avenida de Mayo 1370 en Buenos Aires, la memoria no nos engaña. Los Palacios Barolo de Buenos Aires y Salvo de Montevideo ciertamente tienen mucho en común, además del arquitecto que los diseñó. Y en ambos ofrecen excursiones a lo más alto, para apreciar estas ciudades en toda su espectacularidad y escuchar sus historias.
Cruzamos el Río de la Plata de ida y vuelta para subirnos a ambos edificios y dar cuenta de todo lo que tienen en común y en qué se diferencian.
El arquitecto: Mario Palanti nació en 1885 en Milán, donde estudió la carrera de arquitectura. Llegó a Argentina en 1909, para participar en los eventos relacionados con el centenario de la Revolución de Mayo. Participó en la construcción de varios edificios de la avenida Rivadavia de Buenos Aires, pero sus obras más recordadas con el Palacio Barolo y su hermano montevideano, el Palacio Salvo. Palanti era masón, de modo que incorporó varios símbolos de esta orden secreta en ambos edificios.
PALACIO BAROLO
– Ubicación: Avenida de Mayo 1370, Buenos Aires.
– Año de inauguración: 1923.
– Altura: 22 pisos, 100 metros.
– Función original: oficinas.
– Estilo: Ecléctico.
– Historia: Luis Barolo llegó a Argentina desde Italia en 1890, cuando tenía 21 años de edad, y se dedicó a la producción de algodón en la provincia de Chaco. Aunque su familia era adinerada, el negocio textil lo enriqueció aún más. Durante la Primera Guerra Mundial, concibió la idea de construir un edificio de oficinas, para brindarles un lugar donde instalar sus empresas a los italianos que llegaban al país huyendo de la guerra. Algunos estudiosos señalaron que, además, Barolo estaba preocupado por el destino de las cenizas del escritor Dante Alighieri a causa de la guerra y quería proponer un lugar seguro. Así, según esta teoría, el edificio estaba pensado también como mausoleo, algo que nunca se pudo corroborar. Sin embargo, los especialistas aseguran que el diseño del edificio tiene muchas referencias a La Divina Comedia. Por fin, en 1919, el arquitecto Mario Palanti inició la construcción del Palacio Barolo, que fue por unos años el edificio más alto de Sudamérica.
– Días y horas: De lunes a sábado de 10 a 18 horas. También hay visitas nocturnas, tours temáticos (El Barolo con Borges de visita, Barolo fileteado tour, Tour fotográfico) y Arquitectura de sonidos.
– Precio: El tour diurno cuesta entre 225 y 290 pesos argentinos por persona según el día y la hora. Los recorridos especiales son más caros.
– Duración de la excursión: Una hora y media en el caso del recorrido diurno (los recorridos especiales pueden ser de hasta tres horas).
– Recorrido: Empieza en el pasaje Barolo, donde se pueden ver algunos de los símbolos masones que coló el arquitecto en su diseño. Luego se sube en el elevador original hasta el piso 13, donde hay una terraza. También es posible asomarse a unos balcones encantadores. Desde el piso 13 se sube por escalera nueve pisos hasta el faro que corona el edificio, donde se tiene una vista magnífica de Buenos Aires y se alcanza a divisar la costa uruguaya. Algunos recorridos ofrecen también una visita a una oficina ambientada con mobiliario de la época en que se construyó el edificio. En la actualidad, en el edificio funcionan unas 400 oficinas.
PALACIO SALVO
– Ubicación: Plaza Independencia 848, Montevideo.
– Año de inauguración: 1928.
– Altura: 27 pisos, 95 metros.
– Función original: hotel de lujo.
– Estilo: Ecléctico.
– Historia: La familia italiana Salvo era de orígenes humildes y llegó a Montevideo alrededor del año 1866, buscando un futuro mejor. Así, se instalaron en el actual barrio de Paso Molino y, mientras la esposa cosía ropa de campo, el padre y los tres hijos vendían las prendas puerta a puerta. Pronto el negocio prosperó y se asociaron con la familia argentina Campomar, con quienes instalaron una gran industria textil en el departamento de Colonia. Los Salvo se volvieron millonarios y, para invertir su dinero, los hermanos José, Ángel y Lorenzo decidieron construir un gran hotel de lujo en el predio donde antes se encontraba el bar La Giralda. Para el trabajo contrataron al arquitecto Mario Palanti, que acababa de inaugurar el Palacio Barolo de Buenos Aires. La obra comenzó en 1923 y el edificio se convirtió en el más alto de Montevideo por muchos años. El hotel funcionó hasta la década del setenta, cuando fue subdividido y vendido con fines residenciales. Actualmente, está habitado por unas 1000 personas.
– Días y horas: Mañanas en el Salvo, todos los días de 10:30 a 13:00 horas. Los miércoles hay visitas nocturnas que empiezan a las 20:00 horas.
– Precio: 200 pesos uruguayos.
– Duración de la excursión: Una hora.
– Recorrido: Empieza en la pasiva (recova, acera techada), donde se pueden ver los animales marinos en bronce que decoran el edificio por fuera. Luego se entra a lo que era el gran hall del hotel para tomar los elevadores hasta el piso 23; desde allí, hay que subir dos pisos más por escalera para llegar al punto más alto: el puesto del vigía (allí funcionaba el servicio de vigía del puerto), donde se obtiene una magnífica panorámica de Montevideo. Luego, se baja por elevador hasta el piso 11, donde está la terraza, ocupada por más de 20 maceteros que conforman una huerta orgánica instalada por los vecinos. Entre el piso 3 y el 10, donde estaban las habitaciones del hotel (más arriba eran dependencias de servicio), llaman la atención los pisos cerámicos, con distintos diseños y colores. Por último, se baja en elevador al entrepiso, que antiguamente era el salón de eventos del hotel.
Una vez terminado el recorrido puedes aprovechar para visitar ahí mismo el Museo del Tango.
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