Desde Nuevo Vallarta hasta Punta Raza, la Riviera Nayarit despliega sus encantos para atraer a viajeros con gustos y estilos muy diferentes. Tanto en los resorts de lujo de Punta Mita, como en los pintorescos pueblitos de vibra bohemia, todos ven colmadas sus expectativas de diversión y relax.
¿Qué debe incluir un fin de semana perfecto junto al mar en México? ¿Atardeceres que incendian el horizonte? ¿Olas para practicar surf? ¿Tratamientos celestiales en un spa? ¿Platillos gourmet preparados por chefs de renombre? ¿Actividades para toda la familia? ¿Cabalgatas? ¿Relajación en pareja? ¿Navegación en busca de paisajes únicos o fauna salvaje? ¿Un road trip para dar con la playa-secreta-ideal? ¿Golf? ¿Vida nocturna inagotable? ¿Naturaleza exuberante? ¿Todo lo anterior a orillas del Pacífico? A cada uno de estos reclamos, la Riviera Nayarit les propone experiencias perfectas para vivir un fin de semana “al gusto”.
Para empezar, la elección de dónde hacer base es toda una declaración de expectativas, pues cada rincón de la Riviera Nayarit tiene sus particularidades. Quienes buscan lujo, spas de primer nivel y restaurantes de autor van a ver colmados sus deseos en Punta Mita, donde tienen sus instalaciones el hotel Four Seasons, el St. Regis y el W. Por otra parte, Nuevo Vallarta se caracteriza por ser el lugar donde se han concentrado los grandes complejos hoteleros y los parques de diversiones para toda la familia. Bucerías, en tanto, es un pueblito mexicano típico a orillas del mar, con vida local y no tan frecuentado por turistas. Mientras, aquellos que adoran la navegación tendrán en su mira las dos marinas de Nuevo Vallarta o la de La Cruz de Huanacaxtle.
Por otra parte, Sayulita es favorito de la mayoría de los viajeros por su pintoresco colorido, por sus muchos y deliciosos restaurantes, por su ánimo bohemio, por las olas para practicar surf y por su animada vida nocturna. A apenas siete kilómetros está también San Francisco, mejor conocido como San Pancho, que ofrece un ambiente más cultural, orgánico, relajado y en sintonía con la naturaleza.
Y hay más, pues la Riviera Nayarit se extiende por muchos kilómetros hacia el norte (Monteón, Lo de Marcos, Punta Raza) y es uno de los destinos de playa que más han crecido en los últimos años, de modo que constantemente ofrece novedades, rincones solitarios y desarrollos exclusivos donde vivir un fin de semana a la medida.
¡Sí se antoja!
Luego de elegir alojamiento, las posibilidades se multiplican en la Riviera Nayarit cuando la pregunta es qué hacer, además de disfrutar del sol y la playa en el relax total, claro.
Los deportistas que no pueden quedarse quietos tienen varias opciones emocionantes, como por ejemplo el surf, ya que las olas de Sayulita y San Pancho son un verdadero imán para los fanáticos de esta actividad, sin importar su nacionalidad.
Por otra parte, los caballos se han convertido en la especialidad del destino, ya que es posible tomar clases de polo o equitación en las instalaciones de La Patrona Polo & Equestrian Club de San Pancho o rentar caballos para dar agradables paseos.
¿Golf? Las opciones son muchas, pues hay una decena de campos a lo largo de la costa. Grupo Vidanta, en Nuevo Vallarta, tiene tres opciones, entre las que se encuentra un campo diseñado por Greg Norman. Un poco más al norte, camino a Bucerías, está el Flamingos Golf. En tanto, en Punta Mita hay dos campos que comparten un singular hoyo en la isla-península con forma de cola de ballena. Luego, está el campo de golf de Litibú y, para los que prefieren algo más pequeño, hay un campo de nueve hoyos en San Pancho y otro en El Monteón.
Con tanta actividad, lo más probable es que se abra el apetito. Los foodies están de parabienes en la Riviera Nayarit, con opciones excelentes de fine dinning que llevan la firma de los chefs Richard Sandoval, Philippe Piel, Jesús Durón y Jean-Georges Vongerichten en los restaurantes de Punta Mita. Aunque no hacen falta los manteles largos para comer delicioso en el destino, pues hay algunos clásicos que se ganaron la preferencia indiscutida de locales y visitantes, como los restaurantes Don Pedros, Barracuda, La Rústica y Chocobanana de Sayulita. También son muy recomendados La Ola Rica y Mar Plata de San Pancho. Y una mención aparte deben tener los muy célebres y poco pretenciosos Tacos on the Street, que logran que los comensales recorran algunos kilómetros para probar su especialidad a pie de banqueta.
Pero probablemente sea el contacto con la naturaleza exuberante y los paisajes privilegiados lo que dejará la huella más duradera en las retinas y el corazón de los visitantes. Las caminatas entre la vegetación que trepa las laderas de los cerros, como por ejemplo el sendero del Cerro del Mono, regalan unas vistas algo empinadas y fabulosas del mar.
Mientras que los navegantes podrán disfrutar el espectáculo sin igual, imperdible, que brindan las ballenas en los meses de invierno. El resto del año, los delfines y tortugas no defraudan a quienes aman la fauna marina.
Por último, y quizá como broche de oro, están las Islas Marietas, que por su rareza se encuentran protegidas y fueron declaradas Reserva de la Biosfera por la Unesco. Aunque la opción de desembarcar en su Playa del Amor –con una especie de techo agujereado que la ha hecho mundialmente famosa– está restringida, es posible tomar una excursión para bucear en sus alrededores.
¿Qué más se le puede pedir a un fin de semana perfecto en la playa?
Publicado en la revista Hotbook, tomo 038, septiembre 2020.