Ya cruzaste diez veces el Puente de Carlos, visitaste el Castillo (por dentro, por fuera, y hasta subiste a la torre), viste cómo se ponía en acción el reloj astronómico de la Plaza Vieja, caminaste por Karlova y le diste la vuelta a la Plaza de Wenceslao… Es hora de descubrir otra Praga más relajada y muy auténtica.

Praga es tan bella, tan espectacular, que la amamos sin condiciones. Y somos muchos los que opinamos lo mismo, por eso la ciudad suele convocar multitudes. Pero todos tenemos días en que se nos antoja alejarnos del gentío y tomárnosla con calma. Para esas ocasiones, no está de más un circuito poco conocido por tres barrios encantadores, cada uno con su personalidad muy definida: Vinohrady, Karlín y Žižkov.

Vinohrady: los viñedos del rey y un toque de glamour

A Carlos IV te lo cruzas todo el tiempo mientras estás en Praga y este barrio no podía ser la excepción: aquí, el rey intelectual mandó a plantar viñedos en el siglo XIV y de ahí proviene…

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Karlín, donde el espíritu industrial se puso de moda

La oscura zona industrial ubicada en las afueras del casco antiguo de Praga se convirtió en los últimos años en un barrio vanguardista, meca de los fashionistas praguenses…

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Žižkov, el under y una estatua ecuestre enorme 

Cuando terminas de atravesar el túnel que une el barrio de Karlín con el de Žižkov, en Praga 3, entiendes perfecto en qué sentido cambia de un lado a otro la personalidad del barrio…

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Escrito por:Jes Garbarino

Periodista y viajera. Armo la maleta (antes era mochila) cada vez que tengo oportunidad, desde hace más de 20 años.

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