Es hora de descubrir otra Praga más relajada y muy auténtica. Empezamos con Vinohrady.

A Carlos IV te lo cruzas todo el tiempo mientras estás en Praga y este barrio no podía ser la excepción: aquí, el rey intelectual mandó a plantar viñedos en el siglo XIV y de ahí proviene el nombre que conserva hasta hoy. Luego, durante el imperio austrohúngaro, la zona se mantuvo como independiente, dado que las reglas de la época impedían que ninguna ciudad fuera más grande que Viena. Hoy, es una zona residencial elegante, con varios parques y algunos hitos muy interesantes.

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Aunque la mayor parte del barrio pertenece a Praga 2, también tiene partes en Praga 3 y 10, mientras que Vinohradská es su arteria principal. Para iniciar el recorrido, llegamos en la línea verde del metro a Plaza de la Paz (Náměstí Míru), donde se pueden ver algunos edificios interesantes como la iglesia de Santa Ludmila, de estilo neogótico, el Teatro de Vinohrady (Divadlo na Vinohradech), art nouveau, y la Casa Nacional. Allí también se puede ver un monolito que hace homenaje a los hermanos Josef y Karel Čapek, pintor cubista y escritor respectivamente, quienes son recordados entre otras cosas por acuñar la palabra “robot”.

La ruta nos conduce ahora por la calle Anny Letenské hacia los Jardines de Riegr (Rieogrovy Sady), un gran parque donde se pueden hacer realidad todos los anhelos de tranquilidad.

La siguiente parada invade los terrenos del barrio de Žižkov (pero nos quedó de paso), y nos deja a los pies de la Torre de Televisión, con sus 216 metros de alto, que algunos consideran “el edificio más feo de Praga”, aunque el mirador que hay hasta arriba puede hacer que se le perdone la estampa, además de los diez bebés del escultor David Černý que trepan por sus columnas. Justo a un lado, se encuentra el Viejo Cementerio Judío de la calle Fibichova, que se puede recorrer gratis.

Luego, de lleno otra vez en Vinohrady, ponemos rumbo a la Plaza Jorge de Poděbrad (Náměstí Jiřího z Poděbrad), donde se encuentra el moderno templo del Sagrado Corazón, construido entre los años 1928 y 1932 por el arquitecto esloveno Josip Plečnik, donde puede observarse el reloj más grande del país.

Un par de cuadras más adelante, llegamos a Pavilon, una vieja fábrica de molinos convertida en centro de exposición y venta de diseño de interiores, donde puedes ponerte al día con las tendencias checas en materia de elaboración de muebles, iluminación y arte. Un lugar verdaderamente interesante.

Y para cerrar la caminata por este barrio, nada como sentarse en unos cómodos sillones y disfrutar de un buen café en La Bohème Café, con su galardonado diseño interior.

 

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Escrito por:Jes Garbarino

Periodista y viajera. Armo la maleta (antes era mochila) cada vez que tengo oportunidad, desde hace más de 20 años.

4 comentarios en “PRAGA para iniciados: Vinohrady, los viñedos del rey y un toque de glamour

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