A principios de 1911, Gerardo Murillo decidió que era el momento de probar suerte con su arte en Europa y se embarcó rumbo a Francia. Durante el viaje, trabó amistad con Harris, un músico estadounidense hijo de una argentina que tenía planes similares a los suyos.
Una vez en París, Gerardo y Harris decidieron compartir una habitación de pensión para ayudarse mutuamente a salir adelante, con la pintura uno y con el tango el otro. Pero Murillo no tardó en caer enfermo y pasar varios días delirando de fiebre. Cuando acabó la pesadilla, el mexicano declaró que tenían que disfrutar la vida y, sobre todo, comer muy bien. De esta manera, las reservas de dinero mermaron rápidamente, hasta que terminaron corriéndolos de la pensión, quedándose sus cosas como garantía.
Los amigos pasaron varios días en la calle, buscando trabajo infructuosamente. Hasta que a Gerardo se le ocurrió una idea genial: el municipio de París pagaba 20 francos a quien salvase a alguien de ahogarse en el Sena, de modo que Harris saltaría al río y Murillo lo rescataría.
El Pont Neuf fue la plataforma de lanzamiento, asegurándose antes de llamar la atención para tener suficientes testigos de la proeza. Cuando llegaron a la orilla nadando, dos policías ya los esperaban, los llevaron a la comisaría, les dieron abrigo, comida, 20 francos, regaños para el “suicida” y elogios para el “héroe”.
Dado el éxito de la puesta en escena, al día siguiente volvieron a intentarlo desde otro puente, intercambiando los roles… Pero con tan mala suerte que luego del rescate fueron conducidos al mismo post de police que el día anterior. De modo que en esa oportunidad ya no hubo ni ropa seca, ni comida, ni francos. Sí, en cambio, les ofrecieron pasar la noche en el calabozo.
Sin embargo, cuando el comisario terminó de reconvenirlos, Gerardo empezó a quejarse de su situación desesperada: le dijo que estaban viviendo en la calle, que pasaban hambre y frío, que el día anterior su amigo se aventó al río por no encontrar otra salida y que, al verse luego con 20 francos en el bolsillo, pensaron que con otro tanto podrían organizar un concierto de tangos y, con la venta de las entradas, comprar materiales para pintar, luego comida, ropa y encontrar un lugar para vivir. Además, aseguró que, como no querían problemas con la ley, le devolvía los 20 francos del día anterior. Harris no daba crédito de la facilidad de palabra y el histrionismo de su amigo mexicano.
El comisario, por fin, le dijo a Gerardo que tomara sus 20 francos más otro tanto que sacó de su propio bolsillo: “Estos no se los da la ciudad de París, se los doy yo, por hablador”, sentenció el policía.
Con los 40 francos organizaron un concierto en una sala de barrio, al que sumaron una pareja que bailaba los tangos que Harris tocaba al piano. Les fue de maravilla. Pudieron comprar materiales para que Murillo –quien luego cambiaría su nombre a Dr. Atl durante otro viaje– volviera a pintar sus paisajes.
Ficha Personal
- José Gerardo Francisco Murillo Cornado (1875-1964).
- Nació en barrio San Juan de Dios de Guadalajara, Jalisco, México, hijo de padre español y madre mexicana.
- Eligió autonombrarse Dr. Atl durante un viaje en barco por el océano Atlántico, cuando atravesó una fuerte tormenta y le pareció apropiado pasar a llamarse Atl, que significa “agua” en náhuatl. Luego, el poeta argentino Leopoldo Lugones le sugirió anteponer el título de doctor. Más tarde en París, fue bautizado con champagne por sus amigos.
- Pintor paisajista, vulcanólogo, filósofo, escritor, periodista.
- Inventó los atlcolors, una pasta compuesta de cera, resina y petróleo con la que se podía pintar sobre papel, tela o piedra.
- Se lo suele identificar como impulsor del muralismo que surgió tras la Revolución Mexicana, aunque nunca adhirió a este movimiento.
- Mantuvo una intensa y famosa relación con Carmen Mondragón, a quien dio el nombre de Nahui Olin.
Fuentes: Yo soy Atl, Carmen Haro, Textofilia, 2017.
Nahui Olín – La mujer del sol, Adriana Malvido, Circe, 2017.