Mirar Zacatecas sólo con los ojos es una opción que regala escenarios verdaderamente bellos e imponentes. Pero también es posible vivir alguna de las experiencias que propone, para hacer palpitar todos los sentidos y crear recuerdos imborrables. Así, se descubre Zacatecas en cuerpo y alma.
La catedral barroca de cantera rosa, el Centro Histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, las minas de plata de donde salió la riqueza que la llenó de esplendor, el Cerro de la Bufa, el Pueblo Mágico de Jerez, las ruinas arqueológicas de La Quemada… Zacatecas es todo eso y más. Porque cada uno de sus rincones inspiró otras tantas aventuras que le dan un giro extra a la simple acción de ver: en Zacatecas vibras de emoción, vives intensamente y experimentas la historia. Te proponemos 12 ideas para comprobarlo.
1. Sin rumbo fijo
La portentosa Catedral Basílica de Zacatecas, con su barroca decoración de cantera rosa, es el punto de referencia y un buen lugar para iniciar un paseo que tenga el único propósito de descubrir por qué el Centro Histórico de la ciudad fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco desde 1993. Los rincones encantadores irán reclamando la atención al paso: la Iglesia de Santo Domingo, el Teatro Fernando Calderón, el histórico café Acrópolis, el Jardín Juárez y, tal vez, en algún punto la curiosidad te lleve a entrar en uno de los interesantes museos de la ciudad, como por ejemplo el muy recomendable Museo Rafael Coronel.
2. Callejoneada
La tradición viene de la época en que, luego de cobrar la raya cada sábado, los mineros daban un paseo por las plazas y calles de la ciudad, acompañados de un burro cargado con barricas de mezcal. Aquella fiesta se puede revivir en nuestros días en un divertido recorrido, lleno de historia. Cuando cae la noche, hay que colgarse del cuello unos jarritos de barro (que se llenarán convenientemente con destilado de maguey), y dejarse guiar por la aguerrida Juana Gallo al ritmo del tamborazo.
3. El Diablo dice
Un Diablo elegante (con cuello de lechuguilla incluido) y muy bien informado anda suelto en las calles de Zacatecas. Emmanuel Fandiño, director de la compañía de teatro Histriónica, especializada en tours alternativos, dedica un buen rato a su maquillaje y su atuendo antes de salir a recorrer los hitos de la ciudad y sus callejones, contando leyendas con un tono de voz y una cadencia que resultan hipnóticos. Luego, al llegar a la Casa de la Moneda, otros actores lo acompañan en una divertida puesta en escena de las historias más famosas.
4. El cielo y las pirámides
La oportunidad es única y hay que aprovecharla: las ruinas arqueológicas de La Quemada, ubicadas a 56 kilómetros de la ciudad de Zacatecas, se pueden recorrer al atardecer y permanecer en ellas cuando cae la noche para una Observación Sideral. A la hora del crepúsculo, personajes inspirados en los antiguos habitantes del lugar conducen a los visitantes a través del tiempo y por construcciones como el Juego de Pelota, la Pirámide Votiva, la Pirámide de los Sacrificios y el Salón de las Columnas. Cuando la noche se hace cerrada, en la explanada donde se ubicaba el tianguis prehispánico, tendidos boca arriba sobre colchonetas, los visitantes descubren las constelaciones guiados por astrónomos. Además, unos potentes telescopios completan la experiencia, acercando los astros de una manera que deja a todos completamente fascinados.
5. Ruedo romántico
Quienes estén en busca de una experiencia romántica, deberán poner rumbo a la antigua Plaza de Toros de San Pedro, construida en 1866 y hoy convertida en un acogedor hotel boutique, el Quinta Real de Zacatecas. El hotel recibió premios de arquitectura y es favorito para celebrar bodas o entregar el anillo. De modo que hay aprovechar la oportunidad de tomar un trago en el bar Botarel, ubicado en los toriles, y escuchar la leyenda que se cuenta allí de una joven mujer enamorada de un torero.
6. Esplendor plateado
La prosperidad que alcanzó Zacatecas se debe a la extracción de plata de sus minas, de modo que la minería es una parte fundamental de su historia. Un tren conduce a los visitantes al interior de la Mina El Edén, para visitar primero el Museo de Fósiles, Rocas y Minerales. Luego, para tentar a la suerte, hay que tocar la pepita que tiene entre sus dedos la estatua de un minero. Y más adelante, por distintos pasadizos, es posible hacerse una idea de las duras condiciones en que se trabajaba. Otra opción original es trasnochar en el antro que hay al interior de esta mina.
7. De punta a punta
Justo enfrente del lugar donde está la salida de la Mina El Eden, en el Cerro del Grillo, se puede tomar el Teleférico de Zacatecas –famoso por ser el primero que se instaló en el país– para llegar en pocos minutos a la cima del Cerro de la Bufa, mientras se obtienen vistas espectaculares de la ciudad. Así, luego de recorrer las profundidades de la mina de plata, es posible surcar los cielos de Zacatecas.
8. Efecto óptico
El Cerro de la Bufa entrega algunas de las mejores vistas de la ciudad y es un lugar al que conviene dedicarle varias horas, por la cantidad de atractivos con los que cuenta. Por ejemplo, la Cámara Oscura propone una experiencia óptica singular, que deja a todos con la boca abierta y es la única de México que tiene fines turísticos.
9. Soldados de la Revolución
La Toma de Zacatecas de 1914 es uno de los eventos de la Revolución Mexicana más recordados, pues supuso un enorme derramamiento de sangre y el triunfo de los villistas sobre las fuerzas de Victoriano Huerta. Para saberlo todo sobre ese día aciago, con un toque muy original, hay que tomar el Tour Revolucionario, donde un general de peculiar vocabulario y modos rudos lleva a la tropa de visitantes-reclutas por la historia, mientras visita la Plaza de la Revolución y el Museo Toma de Zacatecas, en el Cerro de la Bufa.
10. ¡Anímate!
¿Emociones más fuertes? ¿Qué tal el vértigo a 80 metros de altura en la Tirolesa 840 del Cerro de la Bufa? La experiencia comienza con un trayecto de 440 metros a toda velocidad, que se puede recorrer en estilo tradicional (sentado y tomado del arnés), sin manos, como superhéroe o extremo (de cabeza), según cuán intrépido sea cada quien a la hora de volar. Al llegar del otro lado, hay que atravesar un puente colgante y subir a una plataforma, desde donde parte el segundo tramo de tirolesa de 400 metros.
11. Una mina de aventuras
La mina de San Bernabé, fundada en 1546 y aún activa, es una de las más antiguas de México y es el escenario de un emocionante recorrido en cuatrimoto. La aventura dura dos horas y avanza por caminos de terracería que serpentean entre nopaleras, agaves y yucas, junto a un estanque con patos, cerca de los tiros de mina, hasta llegar a una formación rocosa. Allí, se deja por un momento el vehículo para ingresar 100 metros bajo tierra en el socavón de la mina con un guía.
12. Paseo en globo
Apenas asoma el sol en el horizonte cuando los colosos aerostáticos empiezan a inflarse sobre el terreno. Madrugar vale mucho la pena en Zacatecas cuando el día va a empezar con un bucólico vuelo en globo sobre el Pueblo Mágico de Jerez. Poco después, las ráfagas de fuego calientan el aire encapsulado para que el colorido gigante despierte con ansias de levantar vuelo. Durante alrededor de una hora, se surcan los cielos casi en silencio, sin sobresaltos, en un suave fluir, para aterrizar luego en algún descampado y quedarse por el resto del día con esa sensación de estar flotando.
Publicado en la revista V de Volaris, mayo de 2019.