Una casa con reminiscencias medievales se transformó en un acogedor hotel boutique de lujo ubicado en pleno centro de la ciudad checa de Pilsen.
Las paredes de piedra y los techos abobedados remiten a otras épocas más robustas y un tanto rudas, mientras la decoración contemporánea aporta la comodidad necesaria sin desentonar. En conjunto, los elementos de ayer y hoy componen unos espacios en los que se antoja (mucho) pasar el rato. Así es el lujoso hotel boutique que administra la familia Rous, en el mismísimo corazón de la ciudad checa de Pilsen.
El hotel ocupa lo que fuera una antigua casa burguesa, cuya historia se remonta a la fundación de la ciudad en 1295. Una concienzuda remodelación rescató las características más sobresalientes de la propiedad, en especial ciertas paredes de piedra amarilla, los ladrillos a la vista, las bóbedas y otros detalles estructurales que le dan un encanto particular.
La familia Rous adquirió la propiedad en 1996 para convertirla en un hotel, pero la historia cuenta que allí vivió un mercader loco que comerciaba con granos secos y regenteaba un burdel en el ático, algo que motivó que lo denunciaran ante el ayuntamiento en 1789.
Hoy el hotel ofrece 18 elegantes habitaciones, de las cuales tres son suites, 15 cuentan con camas dobles y tres sencillas (uno de los cuartos está especialmente equipado para alojar a personas con capacidades especiales). Además, la propiedad ofrece una sala de reuniones para 18 personas.
Por las mañanas, el desayuno se sirve en el encantador Caffe Emily, que tiene una hermosa terraza ubicada dentro de las murallas de la ciudad (haciéndote sentir en una fortaleza), con vista hacia los jardines y a un interesante mural que relata la historia de Pilsen. Se trata, sin dudas, de la forma ideal de empezar muy bien el día.
Cerveza de la casa: El hotel es el único en la ciudad que ofrece su propia cerveza lager, con la levadura característica de Pilsen, en dos versiones: light ale y robusta Rous, producidas según la fórmula tradicional.
Además, el hotel se encuentra a pocos metros de la Plaza de la República, con sus modernas fuentes doradas (un camello, un ángel y un galgo, símbolos fundacionales de Pilsen que aparecen en su escudo), donde se levanta la icónica Catedral de San Bartolomé y donde se puede visitar el encantador Museo de las Marionetas. Al resto de las atracciones de la ciudad se llega también con una corta caminata desde el Hotel Rous, algo que resulta perfecto para dar cuenta de las calorías ingeridas más temprano en el Caffe Emily.
Publicado en la revista Clase del periódico El Universal, 2 de agosto de 2018.
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