A Pablo Picasso te lo puedes encontrar en Barcelona, Nueva York, París, Lucerna, la Costa Azul francesa… y, por supuesto, en su ciudad natal, Málaga. Ubicado en el Palacio Buenavista, el museo dedicado al genial artista recorre su trabajo a lo largo de 80 años.
El 25 de octubre de 1881 comenzó en Málaga, España, una historia que cambió el rumbo del arte moderno. Ese día nació Pablo Ruiz Picasso y, aunque vivió la mayor parte de su vida en otras ciudades, siempre manifestó su deseo de que se exhibiera su obra en su ciudad natal. Así, el Museo Picasso de Málaga se hace eco de aquel anhelo y resulta imprescindible para conocer a fondo su obra.
Aunque tardó 50 años en concretarse, la primera idea de crear un museo surgió en 1953, durante las conversaciones que mantuvieron Pablo Picasso y Juan Temboury Álvarez, quien por esa época era delegado provincial de Bellas Artes. Sin embargo, en aquel entonces no se llegó a nada y fue recién luego de la muerte del artista que se retomó el proyecto.
Christine Ruiz-Picasso, viuda de Paul Ruiz-Picasso, hijo mayor del artista, tomó conciencia del gran amor que tenían los malagueños por el artista gracias al éxito de dos muestras que se realizaron en la ciudad: Picasso clásico, en 1992,y Picasso, primera mirada,en 1994. De modo que, en 1996, Christine decidió retomar el antiguo proyecto de su suegro, que se hizo realidad en octubre de 2003, cuando se inauguró el Museo Picasso de Málaga.
La colección
La exposición permanente del museo cuenta con 233 cuadros y esculturas de Picasso que aportaron Christine y Bernard Ruiz-Picasso para su apertura. A ese acervo, en marzo de 2017 se agregaron 166 trabajos cedidos por la Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso para el Arte (FABA).
El museo cuenta con once salas que exhiben la obra del artista en forma cronológica. Así, en la primera sala sorprende un Picasso muy conservador, donde se puede ver un retrato de su hermana Lola cuando tenía apenas 14 años. Recién en la cuarta sala se empieza a atisbar al Picasso más famoso, de las siluetas dislocadas, el que creó –junto a Georges Braque– el cubismo. También van apareciendo sus mujeres: Marie Thérèse, Dora Maar, Frainçoise, Jacqueline. Los materiales que soportan la obra cambian a lo largo del tiempo que propone el museo: telas, esculturas de metal, madera, cerámica, materiales reciclados… como las partes de una bicicleta que el artista convirtió en una cabeza de toro.
La sala nueve propone un interesante bestiario creado por el artista que de niño iba cada domingo a la plaza de toros de La Malagueta, en Málaga. Aquella experiencia dominical recorre cerca del diez por ciento de su obra y resultaba imprescindible en el hilo conductor de su historia creativa.
La genialidad de Picasso, que experimentó con todo y probó el arte en múltipes estilos, lo llevó al final de su carrera a aspirar a pintar como niño. De modo que esa síntesis expresiva es el hilo conductor en la décima sala del museo.
Por fin, la última sala es un tributo de Picasso a su admirado pintor Diego Velázquez.
Así, el visitante completa su visión del recorrido vital de Picasso, donde el artista hizo historia y la historia fue haciendo al artista.
Palacio de Buenavista
Tan magnífica colección necesitaba un edificio con la prestancia necesaria para contenerla, de modo que se eligió el Palacio Buenavista, antigua sede del Museo de Bellas Artes, declarado Monumento Nacional desde 1939.
La maciza fachada de piedra del palacio guarda secretos milenarios, que llevan hasta los antiguos fenicios y romanos: cuando se inició la rehabilitación del edificio para convertirlo en el Museo Picasso, se encontraron vestigios de estas culturas que se pueden observar en la visita. Luego, en el corazón del palacio, el patio andaluz con arquería y el patio de la higuera son un remansos que conducen por igual a la biblioteca, la tienda del museo, la cafetería y el auditorio.
De este modo, tanto el contenedor como el contenido resultan una cita tan impactante como agradable con el genio de Málaga.
Museo Casa Natal Los admiradores de Pablo Picasso tienen una cita más cuando visitan la ciudad de Málaga, su casa natal, frente a la Plaza de la Merced. El museo exhibe recuerdos de la infancia del artista, de sus padres y hermanos; además, aborda la influencia que tuvo su condición de malagueño en su obra.
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