Todos cuantos conocían bien a Pablo Picasso, y la molestia que le causaba al famosísimo pintor viajar, se sorprendieron cuando aceptó una invitación para participar en el Congreso de Intelectuales por la Paz, que había de celebrarse en la ciudad de Wroclaw, en agosto de 1948.
Para facilitar la asistencia del artista español al Congreso, se hicieron gestiones especiales a fin de permitirle ir directamente a Polonia sin pasaporte, ya que se había negado a aceptar el que le ofreció el gobierno de Francisco Franco.
Tres días antes de su partida, la embajada polaca en París envió a Vallauris –donde Picasso residía por entonces–, a una mujer cuya única misión era evitar cualquier arrepentimiento de última hora y arrastrar al prominente invitado al aeropuerto. El pintor de 66 años de edad nunca había subido a un avión y la idea ciertamente no lo entusiasmaba.

Sin embargo, Picasso le pidió a su fiel chofer y confidente Marcel Boudin, que se preparara para acompañarlo a modo de asistente. Y voló a Polonia, tras prometerle a su mujer, la también pintora Françoise Gilot, que le escribiría diario y que no demoraría en regresar más de cuatro días.

Pero Picasso no cumplió ninguna de las promesas que le hizo a Françoise, por entonces embarazada de Paloma, su segunda hija en común. Por empezar, pasó quince días en Polonia, en lugar de cuatro. De Varsovia, donde le habían concedido la ciudadanía de honor, voló a París y permaneció allí una semana más antes de regresar a Vallauris para reunirse con su familia.
Tampoco había cumplido con la promesa de escribirle a Françoise. Peor todavía: le había indicado a Marcel que enviase en su nombre un telegrama diario, cuyo texto dejó librado a la imaginación del chofer.

Claro que la sagaz Françoise –cuarenta años menor y la única entre las siete mujeres que compartieron la vida del pintor que se atrevió a dejarlo–, no tardó en notar el engaño. En primer lugar, su apellido estaba mal escrito. Segundo, los telegramas estaban firmados por «Picasso» y no por «Pablo». Y tercero, las despedidas eran siempre «bons baisers«, una expresión típica de las clases trabajadoras francesas, algo burda.
El pintor, probablemente, sabía que ella se daría cuenta. Pero así era. Con tres semanas de retraso, Picasso subió las escaleras de la casa de Vallauris luciendo su irresistible sonrisa y le preguntó a Françoise si estaba contenta de verlo. «Esto es por tus bons baisers«, le respondió ella abofeteándolo y yéndose a dormir al cuarto de Claude, el hijo mayor de la pareja, tras un portazo.
Pero el amor de Françoise por Pablo era aún muy grande y no deseaba dejarlo todavía. Unos meses más tarde, él la retrató con el abrigo campesino bordado que le trajo de regalo desde Polonia.
Ficha Personal
- Nombre completo: Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno María de los Remedios Cipriano de la Santísima Trinidad Ruiz Picasso (1881-1973).
- Nació en Málaga, España. Pero residió la mayor parte de su vida en Francia.
- Pintor, creador del cubismo.
- Entre sus obras más famosas figura «Las Señoritas de Avignon» (el primero cubista, tras sus etapas «Azul» y «Rosa»), el «Guernica» (que pintó durante la Guerra Civil Española, a causa del bombardeo alemán a esa ciudad vasca), y cientos de cuadros y dibujos más, que hoy valen millones en los grandes remates de arte.
Fuente: Picasso, creador y destructor, de Arianna Stassinopoulos, Editorial Lasser Press Mexicana, 1988.