Además de ser sinónimo de entrega de anillo y luna de miel, las Cataratas del Niágara resultan un lugar perfecto para disfrutar de a dos. El espectáculo de la naturaleza, un paseo en helicóptero, un pueblito encantador y la visita a las bodegas que producen el famoso ice wine son planes con un toque cachondo (romántico, pues).
Nadie te explica cómo empezó la costumbre. Quizá tuvo la culpa la película Niágara, protagonizada por Marilyn Monroe y Joseph Cotten, quienes compartían allí una tormentosa y accidentada luna de miel. O acaso se deba al evocador nombre de uno de los tres saltos de agua que conforman las cataratas: Velo de Novia. Pero lo cierto es que hoy, si alguna chica suspira con la frase “ah, me gustaría ir a las Cataratas del Niágara” entre los labios, se interpreta de inmediato como un “le urge casarse”. Ocurre que las famosas cataratas, ubicadas en la frontera entre Canadá y Estados Unidos, son el lugar favorito para novios que buscan sellar su compromiso y lunamieleros.
En torno al gran salto de agua, algunos hoteles ocupan edificios que se elevan al cielo en busca de las mejores vistas y se especializan en el romance. Pero elegimos llegar al Table Rock Welcome Center, para que la nube de agua que levantan las cataratas nos salpique y sentir que de alguna forma las tocamos. Allí recorremos los túneles que forman el Journey Behind The Falls, que te acercan a la furia de la naturaleza. Y, una vez afuera, también nos detenemos en cada mirador, buscando la base de los muchos arcoíris que el sol propone.
Al vuelo
A la hora indicada, recorremos el corto trayecto que nos lleva a la pista de despegue de Niagara Helicopters para realizar el exclusivo sobrevuelo de las cataratas, combinando la aventura con las espectaculares vistas.
Niagara Helicopters: 3731 Victoria Avenue, niagarahelicopters.com.
Con espacio para seis pasajeros más el piloto y enormes ventanas, el helicóptero levanta vuelo suavemente en una expedición que dura doce minutos en el aire pero toda la vida en tu memoria. Sigue el cauce del río Niágara, se alcanza a ver la planta hidroeléctrica sir Adam Beck, que se nutre de la fuerza del agua para generar energía, luego la escuela de horticultura, los rápidos de Whirlpool, el puente Rainbow, el parque Reina Victoria, la Skylon Tower y, por fin, el imponente salto de agua. Aunque hayas visto las cataratas desde abajo, atrás y a un lado, este nuevo ángulo es indispensable para completar el panorama y sorprenderte de nueva cuenta. Y si todavía quieres arriesgarte un poco más, ¡también ofrecen paquetes para casarte en el aire!
Encanto británico
Niagara On The Lake, probablemente uno de los más bellos pueblitos de la provincia de Ontario, del lado canadiense de la frontera, es un lugar que debes visitar si tu plan es romántico. Su estilo tradicional y algo bucólico, aunque con ese inconfundible acento británico en cada una de las construcciones, más los frondosos jardines repletos de flores, los carruajes circulando por las calles y el tiempo sin prisa lo hacen una excelente escala a la cual dedicarle un par de horas (o incluso todo el día) en el camino que va de Toronto a las cataratas. Y también debe ser parte de tu ruta cuando decidas visitar las bodegas de la región dedicadas a la producción del famoso ice wine.
Uvas heladas, vino dulce
El recorrido por los viñedos y bodegas de la región es otro paseo romántico y espirituoso, ideal para compartir en pareja. Elegimos visitar Inniskillin Winery, conocida por haber obtenido la primera licencia como bodega de la provincia de Ontario en 1975. Los fundadores, Donald Ziraldo y Karl Kaiser, fueron pioneros en la industria del vino de la región de Niágara y visionarios al reconocer el potencial económico de la zona como productora de vinos.
Fue en 1984 cuando el enólogo Kaiser realizó la primera vendimia de uvas vidal congeladas naturalmente, con las que se produjo el dulce y delicado vino de hielo que hoy es sello de identidad de la región. Y en 1987, Ziraldo fue uno de los socios fundadores de la Vintners Quality Alliance (VQA), que sentó las bases de los controles de calidad que le permiten considerarse una denominación de origen.
Inniskillin Winery: Line 3 & Niagara Parkway, Niagara on the Lake, inniskillin.com.
De modo que el paseo guiado, con la explicación de la historia del lugar y el proceso de elaboración de estos peculiares vinos, resulta sumamente interesante. Y, al final, tienes la oportunidad de saborear los vinos de Ontario en la Riedel Room de la bodega, llamada así en honor al famoso diseñador de copas austríaco, quien fue inspirado por Ziraldo (una vez más, visión y pasión) para crear una copa especial para degustar estos vinos en su máximo esplendor.
Así, aunque nadie te explique cuándo comenzó a asociarse a las Cataratas de Niágara con compromisos y lunas de miel, uno empieza a comprenderlo a la perfección.
2 comentarios en “CATARATAS del NIÁGARA: Para decir sí quiero”