No había inspiración posible para Maurits Escher en «la abominable miseria blanca de la nieve», como él mismo definió al paisaje de Châteaux-d’Oex, Suiza. El artista gráfico se había mudado a ese país con su familia, en 1935, dado el complicado clima político de la Italia fascista. Pero los dos inviernos que pasó allí le…
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