«Nada existe en México que parezca vulgar, todo alcanza grandes proporciones y todo tiene un aire pintoresco», aseguraba, allá por 1840, Madame Calderón de la Barca, quien por ser esposa del embajador español en México, había dado con sus huesos en ese país cuyos paisajes y costumbres avivaban su curiosidad día a día. «Cualquiera sea…
Leer Más