… A Venecia hay que dejarla tranquila, caminar con las manos en los bolsillos y silbando, y de golpe cuaja el cristal, sos un pedacito legítimo del increíble mosaico, y entonces es la felicidad. Lástima que, como siempre, estas cosas no se pueden escribir. Julio Cortázar, escritor argentino, en una carta a Paco Porrúa, 1962.…
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